LAS PINTURAS MURALES DE ALARCÓN EN LOS MARTES DE LA RACAL
EL MARTES 25 DE NOVIEMBRE
CON UNA CHARLA DE SU AUTOR JESÚS MATEO
Y LA PROYECCIÓN DE UN DOCUMENTAL
Las
pinturas murales realizadas en la iglesia de San Juan Bautista en Alarcón por
el pintor Jesús Mateo, sin duda una de las aventuras plásticas más insólitas y sorprendentes
del arte contemporáneo conquense, protagonizarán este martes 25 de noviembre la
nueva cita de los Martes de la Academia, el programa semanal de convocatorias
públicas de la Real Academia Conquense de Artes y Letras. El acto, centrado en
la intervención del propio artista complementada con la proyección de un
documental sobre su trabajo, comenzará a las siete y media de la tarde en el
salón de la sede de la corporación académica en la segunda planta del edificio
de las antiguas Escuelas de San Antón, junto a la iglesia de la Virgen de la Luz.
Un proyecto insólito en su
concepción y en su realización
Declaradas
de interés artístico mundial por la UNESCO, la organización de las Naciones
Unidas para la educación la ciencia y la cultura, las pinturas murales de la desacralizada
iglesia alarconera son el feliz fruto de una iniciativa personal de Jesús Mateo
esbozada en 1994 que, de manera poco usual, acabaría saliendo adelante, además
de por la decidida entrega y el mantenido empeño personal del artista, autor y
realizador individual del proyecto, gracias a la consecución de mecenazgo
colectivo nada frecuente, especialmente en aquel momento, alcanzado a través de
la asociación cultural creada en 1995 específicamente para ello. La empresa iba
además a ir obteniendo el apoyo público de un numerosísimo elenco de
intelectuales, escritores y artistas nacionales y foráneos entre los que
figuraban nombres tan relevantes como los de José Saramago, Ernesto Sábato, Fernando
Arrabal, Antonio López, Gustavo Bueno, José Agustin Goytisolo, Luis Mateo Díez,
José Antonio Marina, José Vidal Beneyto, Eduardo Arroyo o Gustavo Torner, por
citar tan sólo algunos de ellos.
Realizadas
en los paramentos del templo – un bello edificio herreriano erigido a finales
del siglo XVI en la plaza hoy llamada del infante don Juan Manuel – a lo
largo de seis años, entre 1996 y 2002, de continuado, esforzado y nada fácil trabajo
debido a las enormes proporciones y dificultades técnicas de la obra y la
propia complejidad formal y cromática de su ambicioso planteamiento, iban a acabar
determinando una propuesta plástica hija a la par del plan inicial y de su
propio desarrollo en el tiempo que expresa un universo personal y comprometido en
el que las formas originarias y primigenias del propio desarrollo de la vida se
alían con la propia configuración del espacio en el que se expresan para
conformar una singular caverna, a la par celestial y terrena, espejo de los sueños,
ansias, angustias, deseos y experiencias del ser humano y del propio ser esencial
de la naturaleza.
El autor
Nacido
en Cuenca en 1974, licenciado en Derecho por la Universidad de Castilla La
Mancha, Jesús Mateo se iba a formar como artista mediante una trayectoria
autodidacta en cuyo inicio tuvo mucho que ver el espléndido fondo bibliográfico
de la biblioteca del Museo de Arte Abstracto de la ciudad y desarrollada desde
muy niño mediante visitas a talleres y museos y, sobre todo, a través del
trabajo personal en el estudio. Tras una primera y temprana exposición
individual llevada a cabo con tan sólo diecisiete años de edad y algunas otras
colectivas decide emprender un camino propio que le va a ir alejando tanto de
los formatos convencionales como de las formas tradicionales de comunicación
con el público. Si bien su obra más conocida son sin duda las pinturas murales
alarconeras, su trabajo ha quedado asimismo expresado en otras realizaciones
como pueden ser la realización de libros de autor en colaboración, por ejemplo,
con escritores como Francisco Brines o Fernando Arrabal.
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