EL ESCRITOR Y ACADÉMICO FRANCISCO MORA PRESENTA ESTE MARTES 29 DE ABRIL SU LIBRO “DOS COMEDIAS Y UN MONÓLOGO DE CEFERINO PALENCIA”
SERÁ EN LOS SALONES DE LA
DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE CUENCA A LAS 20 HORAS DENTRO DE LA PROGRAMACIÓN DE LA
FERIA DEL LIBRO DE LA CAPITAL CONQUENSE
Enmarcada en la oferta de
la primera jornada de la Feria del Libro de Cuenca este martes 29 de abril
tendrá lugar, a partir de las ocho de la tarde, en los salones de la Diputación
Provincial en la capital conquense, la presentación de una nueva entrega
editorial del escritor y numerario de la RACAL Francisco Mora. Se trata de “Dos
comedias y un monólogo de Ceferino Palencia”, un libro que rescata la
memoria de este autor conquense nacido en la localidad de Fuente de Pedro
Naharro, hoy completamente olvidado pero que en su tiempo fue uno de los
comediógrafos, traductores, directores escénicos y empresarios teatrales más
populares y celebrados del país. Con edición, notas e introducción biográfica
de Mora, el lector encontrará en este volumen tres obras de teatro escritas,
estrenadas y publicadas entre los años 1880 y 1885. El libro, en acto que
contará con la presencia de su autor, será presentado por el escritor, crítico
literario, profesor y también él numerario de la RACAL Ángel Luis Luján, acto
que se cerrará con la lectura leída de algunos fragmentos de una de las piezas
teatrales en él incluidas “El guardián de la Casa”, lectura que correrá a cargo de María Jesús López Bermejo, José
Ángel García y el propio Francisco Mora.
En su extensa
introducción a los textos de Palencia Mora rescata su figura y hace un repaso
detallado de su trayectoria vital y profesional en todas sus facetas, una
trayectoria en la que si disfrutó de grandes éxitos también cosechó fracasos
estrepitosos y que, desde luego, no estuvo exenta de polémicas. Y es que, como
escribió el profesor David Thatcher Gies, durante todo el siglo XIX el teatro
reflejó los rápidos y desconcertantes cambios que se daban en la sociedad,
llegando a ser incluso un campo de batalla en el que, a veces, se libraron
guerras por el control de la mentalidad del público, porque en definitiva el
teatro era a la vez “reflejo y agente de los cambios socioculturales del siglo
XIX”.
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