CUATRO ACADÉMICOS DE LA RACAL FIRMAN JUNTO Al ESCRITOR CINÉFILO PEPE ALFARO LOS TEXTOS DEL LIBRO “CUENCA EN LA GEOGRAFÍA NARRATIVA DE CARLOS SAURA” QUE SE PRESENTA ESTE VIERNES 25 DE ABRIL EN EL CENTRO AGUIRRE DE CUENCA

 

Publicado por iniciativa del Cine Club Chaplin, una de las asociaciones culturales no sólo más veteranas sino más activas del mundo cultural conquense, este viernes 25 de abril, a va a presentar en el Centro Cultural Aguirre de Cuenca el volumen “Cuenca en la geografía narrativa de Carlos Saura” en paralelo a la inauguración de una exposición fotográfica sobre el cineasta que se verá asimismo arropada por la proyección de su mítico documental “Cuenca” de 1958 y una mesa de debate en torno a la vinculación del realizador fílmico con la ciudad y provincia. Se trata de un volumen en el que como se afirma en su texto introductorio– el lector encontrará, gracias a las aportaciones de un quinteto de autores en el que figuran cuatro numerarios de la Real Academia Conquense de Artes y Letras, una panorámica poliédrica sobre la obra cinematográfica sauriana en relación con Cuenca a través de unos textos que no pretenden agotar este aspecto parcial del legado del artista pero sí alimentar la comunicación con la obra de un humanista que fue decisiva para poner de relieve a la provincia conquense.

Junto al ya más que conocido autor de trabajos sobre el cine realizado en Cuenca o con ella relacionado Pepe Alfaro, que en su colaboración concede la palabra al propio cineasta para acercar sus reflexiones al lector de una forma más personal, gracias a la recopilación de una serie de textos procedentes de multitud de publicaciones, donde el cineasta desgrana su relación con Cuenca desde una perspectiva personal, familiar, cultural, social, profesional o puramente emocional hacia una ciudad que siempre consideró su segunda casa, el libro oferta, como ha quedado dicho, las de cuatro académicos numerarios de la RACAL: Santiago Torralba, como experimentado fotógrafo siempre dispuesto a congelar la realidad con precisión de microcirujano, revisa la mirada de Saura a través de su obra en este campo, revalorizada en una serie de publicaciones y exposiciones que suponen el reconocimiento a una inclinación creativa que solo el cine pudo relegar, al menos profesionalmente (ya que no a nivel pasional), a un plano secundario; José Ángel García analiza las inquietudes artísticas de Saura presentes, en mayor o menor medida, a lo largo de su obra cinematográfica en una creatividad plástica que parecía no conocer fronteras y a partir de la cual desarrolló una especial capacidad para interrelacionar la séptima de las artes con el resto de manifestaciones artísticas: arquitectura, pintura, escultura, poesía, música, danza o incluso arte callejero; José Luis Muñoz, aporta el testimonio personal de quien, en su condición entonces de joven periodista, fue testigo de excepción de los avatares propios de un rodaje el de “Peppermit frappé” desarrollado en el balneario de Valdeganga un día, en los estertores del invierno de 1967– evocando y rememorando en primera persona aquella jornada con una cierta emoción no exenta de nostalgia; y Pablo Pérez Rubio lleva a cabo un análisis fílmico de esa misma película, “Peppermint frappé”, atendiendo al punto de inflexión que supone en la evolución creativa del director así como a su contextualización dentro de las tendencias del cine español e internacional del momento con las que dialoga sin escrúpulos ni complejos de inferioridad. Atendiendo a su ya señalada paralela condición de, también, catálogo de la muestra a inaugurar –que se mantendrá hasta el 28 de mayo–  el libro oferta la reproducción de las imágenes que la van a conformar y se acompaña de una separata exenta especialmente dedicada a la citada película “Peppermint frappé”.       

 


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