LA RACAL CONDENA LA DESTRUCCIÓN DE LOS ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS DERRUIDOS POR LAS OBRAS DE LOS APARCAMIENTOS DE LA ESTACIÓN DE RENFE EN CUENCA
Foto cortesía de Asociación Valenciana de Amigos del Ferrocarril (@ColonnaKP)
El 3 de agosto de 2022, la Real Academia Conquense
de Artes y Letras, alarmada por el cierre de la línea ferroviaria entre
Aranjuez y Utiel (contra el que ya se había pronunciado el 19 de enero del
mismo año), reclamaba en un comunicado el mantenimiento del patrimonio
ferroviario de la línea y, en concreto, de las instalaciones de la estación de
la capital conquense. El 15 de abril de 2024 los depósitos de agua, el muelle
de carga y descarga de mercancías y el cargador de ganado ovino de la estación
de Cuenca pasaron a engrosar la lista roja del Patrimonio de HISPANIA NOSTRA,
en el apartado de Patrimonio Industrial, a causa del riesgo de desaparición de
estos elementos.
Nuestros temores no eran infundados. Ahora se
constata el atentado al escaso patrimonio industrial que queda en la ciudad. Las
obras de los aparcamientos provisionales contemplados en el plan XCuenca,
concretamente en las inmediaciones de la avenida del Ferrocarril, han provocado
la demolición del cargadero de ganados de la estación y los muros de los
muelles descubiertos que sustentan las plataformas de carga y descarga. Esto
adelanta la demolición definitiva de estos muelles y de la grúa metálica que se
conservaba junto a este cargadero. Pocas esperanzas tenemos, en suma, sobre la
preservación de los depósitos de agua.
La Real Academia Conquense de Artes y Letras lamenta
y condena la destrucción de estos elementos arquitectónicos que, aunque no
gozaban de figura alguna de protección legal, perpetuaban la memoria del
ferrocarril en nuestra ciudad y de dos actividades económicas que han
contribuido a su economía durante siglos: la madera, principal mercancía
apilada durante años en los muelles de la estación, y el ganado ovino, cuya
lana alimentó los afamados paños conquenses a lo largo de la Historia y del que
el cargadero constituyó una modernización en la secular trashumancia.
No estamos en contra del progreso de Cuenca, por
supuesto, pero sí deseamos que se planifique y construya adecuadamente,
velando, como manda el artículo 2 de nuestros Estatutos, por la protección de “los
valores artísticos, históricos, literarios, científicos y musicales en la
ciudad de Cuenca y en su provincia”. En consecuencia, lamentamos que las obras
y los proyectos que pretenden asentar el futuro de la ciudad de Cuenca se
realicen sin el control y asesoramiento de expertos que garanticen que nuestro
patrimonio, que es nuestra memoria, quede salvaguardado en el futuro. Es
obligación de cada generación su conservación para el disfrute de las venideras
y mala cosa es que el porvenir de una ciudad se pretenda construir sobre el
olvido de lo que fue.
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