ARTURO TENDERO PRESENTA ESTE VIERNES SU NUEVO POEMARIO EN LA RACAL
EN ACTO PATROCINADO POR "POESÍA PARA NÁUFRAGOS" EL LIBRO SERÁ PRESENTADO POR SU AUTOR Y POR EL ACADÉMICO ÁNGEL LUIS LUJÁN
En acto organizado
por la Asociación Poesía para Náufragos, promotora del festival literario que
bajo ese mismo nombre reúne en Cuenca cada noviembre a poetas y críticos de
toda España, el salón de actos de la Real Academia Conquense de Artes y Letras
prestará marco este vienes 1 de diciembre a la presentación del libro “A
todo esto”, último título editado del poeta albaceteño Arturo Tendero que, tras
la presentación del volumen por el profesor, crítico literario y académico
Ángel Luis Luján, ofrecerá la lectura de parte de su contenido. Será a partir
de las ocho de la tarde y, como es habitual en los actos de la RACAL, con
entrada libre y gratuita.
Arturo Tendero nació en
Albacete en 1961 y reside en Chinchilla. Estudió Periodismo y Teatro y durante
más de treinta años ha sido profesor de Educación Física. Como poeta ha
publicado, antes del título que ahora presenta, “Una senda de aldeas
cotidianas”, “Las aves sin dueño”, “Adelántate a toda despedida”,
“La memoria del visionario”, “Cosas que apenas pasan”, “Alguien
queda”, “El otro ser” y “El principio del vuelo” en una
trayectoria en la que, entre otros galardones y reconocimientos, ha sido
distinguido con los premios Jaén, Gerardo Diego, Manuel Alcántara y José
Agustín Goytisolo. Ha publicado también libros de relatos, de artículos
periodísticos y de viajes y ha estrenado varias obras teatrales. Ejerce la
crítica literaria en InfoLibre, La Tribuna de Albacete y el blog El mundanal
ruido. Cofundó con Juanjo Jiménez la revista La Siesta del Lobo, de la que han
aparecido veinte números y que ha publicado medio centenar de libros. Desde
2001 organiza las jornadas Poesía Viva, ahora en las primaveras de Albacete.
“A todo esto”
es un poemario que, en palabras de Laura di Verso, vendría a ser “como insinúa
el título, un brindis a la vida en el que el poeta celebra estar vivo y ser
consciente, conversa con sus hijos y también con sus muertos, reposa con su
mujer en el sofá, toma unas cañas con los compañeros de trabajo, va a un
partido de fútbol, busca aparcamiento y sobre todo pasea, pasea mucho por las
ciudades y por su pueblo manchego. Los poemas se van creando y engordando con
esas cosas, igual que las pelotas de borra van engordando en una casa que no se
barre. La fluidez y la transparencia crean la falsa sensación de que no está
ocurriendo nada. Como decía Borges, esa es la engañosa sencillez del poeta
maduro”.
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