ANTOLOGÍA POÉTICA DEL ACADÉMICO FRANCISCO MORA
BAJO EL TÍTULO DE MÚSICA CALLADA
HA SIDO PUBLICADA POR LA DIPUTACIÓN DE CUENCA
Bajo el título,
tomado directamente de San Juan de la Cruz, de Música callada, el escritor
y académico Francisco Mora acaba de poner en las librerías una antología de su
obra poética. Editada por la sección de Publicaciones de la Diputación
Provincial de Cuenca y con un bello y elegante diseño de portada de Raquel Saiz,
el volumen recoge una nutrida selección de los siete poemarios publicados por
este autor ordenados de una manera en cierta forma singular ya que en vez de
estar dispuestos, cual suele ser habitual en este tipo de trabajos, del más
antiguo al más reciente, es decir, del ayer al hoy, por así decir, lo hacen de forma
inversa, desde el presente al primero publicado. A ellos se añaden trece poemas
inéditos conformando una recorrido por una obra que, como el también numerario
de la RACAL, profesor y crítico literario Ángel Luis Luján señala en su prólogo
presenta desde sus mismos inicios “una
gran coherencia formal, estética y temática, con los matices inevitables que
introduce siempre el tiempo”.
Un autor fecundo y polifacético
Poeta,
narrador, autor teatral y columnista, Francisco Mora nació en 1960 en la
población conquense de Valverde de Júcar. Desde muy pronto se abocó a un
quehacer literario que, iniciado en el campo de la escritura teatral iba enseguida
a proseguir por los cauces de la lírica y el relato en una labor que se iba
a a ver refrendada por galardones como el Ciudad de Cuenca, el Fray Luis
de León, el Alfonso VIII o el Carta Puebla. Especialmente centrado durante
bastante tiempo en la poesía con títulos como De la tierra adentro, La luna en los álamos, Sonata breve con desnudo y
lluvia, La noche desolada, Memoria del silencio, Palabras para conjugar tu
nombre o “El corazón desnudo, es autor también de los
libros de narraciones Las lágrimas y Todos los peces se llaman Eduardo, una espléndida colección de treinta y un relatos que tuvo
especial repercusión a nivel nacional. Junto a todo ello hay que destacar
asimismo su intensa labor como columnista en las páginas de diarios como La
Tribuna o El Día de Cuenca o en revistas como Crónicas, textos en parte
recogidas en el volumen en solitario Ejercicios de caligrafía y en el colectivo Cien columnas junto a sus compañeros del grupo Columna Cinco, así como sus
numerosas colaboraciones de crítica literaria y su trabajo en la coordinación
de la segunda etapa de la revista Diálogo de la Lengua. En los últimos tiempos
ha retomado su inicial dedicación a las tablas bien con obras originales cual Las hormigas y
La frontera o con adaptaciones para
la escena de otros autores.
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