LA VINCULACIÓN DE CUENCA CON LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA EN LA PROGRAMACIÓN DE LA RACAL
JOSÉ ANTONIO
SILVA HABLARÁ SOBRE LOS COLEGIOS CONQUENSES EN AQUELLA CIUDAD
Colegio de Santiago el
Zebedeo, en Salamanca
La
vinculación que varios colegios de la Universidad de Salamanca mantuvieron con
las tierras conquenses por el origen de sus promotores y la procedencia de
muchos de sus becarios será el tema de la charla que el profesor, numerario y
actual secretario de la Real Academia Conquense de Artes y Letras dará este
martes 17 de diciembre dentro de la programación semanal de esta corporación
sustituyendo a la que en principio estaba programada del profesor Luque Talaván
que, por motivos de su calendario académico, queda aplazada para una fecha
posterior. Será como siempre a partir de las ocho de la tarde en el salón de
actos de la institución en la segunda planta de su sede en el edificio de las
antiguas escuelas de San Antón, junto a la Iglesia de la Virgen de la Luz, con
entrada abierta y gratuita hasta completar la capacidad del local.
Un papel formativo fundamental
Los
colegios universitarios, particularmente los denominados colegios mayores,
desempeñaron durante siglos un papel fundamental en la formación de las élites
de poder en España. Dedicados a la preparación de hombres del saber en una
sociedad en la que no era el conocimiento lo que más abundaba, proporcionaron a
la Monarquía y a la Iglesia el personal necesario para atender sus aparatos
burocráticos y fueron vivero de servidores laicos y eclesiásticos preparados
para llevar a cabo con eficacia la gestión de los asuntos públicos.
Hubo
instituciones de este tipo por toda España, pero el movimiento colegial fue
fundamentalmente castellano y tuvo sus focos principales en Salamanca y Alcalá
de Henares, en cuyas universidades estuvieron ubicados más de la mitad de los
colegios que funcionaron en España entre los siglos XIV y XVIII. No llegó, en
cambio, ese movimiento a la actual provincia de Cuenca, aunque esta no quedó
completamente al margen del mismo, ya que varios colegios de la Universidad de
Salamanca mantuvieron, como se ha señalado, una especial vinculación con las
tierras conquenses merced al origen de sus promotores y a la procedencia de
muchos de sus becarios. Ese fue el caso del casi ignorado Colegio del Arzobispo
Carrillo y de los más conocidos Colegio de Santiago el Zebedeo, o Colegio Mayor
de Cuenca, fundado por el obispo Diego Ramírez de Villaescusa, y Colegio de
Santa María y Todos los Santos, o de Monte Olivete, instituido por el canónigo
Gonzalo González de Cañamares.
El conferenciante
Académico
de número de la RACAL, de la que es actualmente Secretario, José Antonio Silva
Herranz nació en Cuenca en 1953. Licenciado en Filosofía y Letras (Filología
Hispánica) por la Universidad Autónoma de Madrid, ha sido catedrático de Lengua
y Literatura en el Instituto Lorenzo Hervás y Panduro de Cuenca hasta su
jubilación. Colaborador de El Día de Castilla La Mancha ha publicado también
reseñas y artículos en periódicos y revistas como Cuenca, Studia Academica, El
Juglar de la Frontera, Káskara Marga, Añil o Académica (Boletín de la Real
Academia Conquense de Artes y Letras). Junto con el también académico Hilario
Priego es autor (además de una “Metodología para el comentario de textos en la
prueba de Selectividad”) de numerosos trabajos de crítica e investigación entre
los que cabe destacar los libros “La poesía en las revistas de Castilla-La
Mancha (1939-1975)” y “Diccionario de personajes conquenses (nacidos antes del
año 1900)” un trabajo conjunto que pronto tendrá continuación. Hay que
mencionar también las ediciones (realizadas junto con el mencionado Hilario
Priego) de los “Artículos sobre Cuenca”, de César González-Ruano, la “Poesía
original de Fray Luis de León”, la edición facsímil de “El Molino de Papel.
Pliegos de Poesía”, la de la comedia “La conquista de Cuenca y primer
dedicación de la Virgen del Sagrario” del dramaturgo barroco Pedro Rosete Niño,
la edición facsímil de las “Obras poéticas” de Fray Luis de León hecha por el
P. Llobera en Cuenca en el año 1932 o las “Décimas a la muerte compuestas por
un hidalgo de la ciudad de Cuenca”, así como del estudio titulado “La vida
cultural en la ciudad de Cuenca durante la posguerra (1939-1975)”, recogido en
el libro de Pedro Miguel Ibáñez y otros “Víctor de la Vega”.
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