FALLECIÓ EL PINTOR VÍCTOR DE LA VEGA
CONSIDERADO
UNO DE LOS ARTISTAS CONQUENSES MÁS EMBLEMÁTICOS, PRESIDIÓ LA RACAL ENTRE DICIEMBRE
DE 2003 Y FEBRERO DE 2005
Este
domingo 26 de abril fallecía en Cuenca el pintor Víctor de la Vega. Artista y
profesor de dilatada y reconocida trayectoria, su obra se inscribe en la
tradición figurativa y en cierto medida podría considerársele un pintor que conscientemente
eligió ser un artista a contracorriente de muchas de las tendencias que en determinados
momentos dominaron el panorama artístico español, especialmente del arte
abstracto apoyado en su idea de que “la Naturaleza ofrece tantas formas de expresión
que no hace falta abstraer nada”. Era uno de los integrantes más antiguos de la
Real Academia Conquense de Artes y Letras, corporación de la que fue director
entre diciembre de 2003 y febrero de 2005 y en la que actualmente ostentaba la
condición de académico supernumerario.
Nacido
en Cuenca en 1928, Víctor de la Vega Gil cursó estudios en la Escuela de Bellas
Artes de San Fernando, comenzó a pintar en la década de los cuarenta y a partir
de los cincuenta simultaneó la creación
de su obra con su labor pedagógica como catedrático de dibujo primero en su Cuenca
natal, luego en Badajoz y finalmente de nuevo en la capital conquense, en
concreto en el instituto Alfonso VIII. Espléndido
retratista, paisajista y autor de
cuadros de contenido histórico o religioso, en su obra, a juicio de uno de los
mejores conocedores de ella, el también miembro de la RACAL y profesor de
Historia del Arte Pedro Miguel Ibáñez, tres etapas principales de las que la
segunda, entre 1951 y 1974, poseída de un cierto sentido expresionista, muy
sintética en los aspectos formales y dotada con una coloración muy personal y
sugestiva, sería la más central y sólida de todo su quehacer, un quehacer que
quedó ampliamente recogido en el grueso y exhaustivo volumen que la Academia
conquense editó en 2009 recogiendo tanto
el detallado estudio que sobre ella firmaba el propio citado profesor Ibáñez como
el catálogo completo de su producción realizado conjuntamente por él y por Ana
Belén Rodríguez Patiño, en entrega complementada por un estudio de la vida
cultural de la ciudad de Cuenca entre 1939 y 1975 realizado por los asimismo
académicos Hilario Priego y José Antonio Silva, espléndido colofón editorial de
las tres magnas exposiciones sucesivas que, organizadas asimismo por la
corporación académica se llevaron a cabo ese mismo año en la capital conquense
recogiendo respectivamente su labor como paisajista y autor de bodegones, como
retratista y como autor de temas religiosos e historicistas, quizá la faceta
más popularmente conocida de su obra. Cuatro años más tarde, en 2013, con
ocasión de cumplirse los veinticinco años del mural que recogiendo en un amplio fresco los principales personajes
históricos conquenses realizara para la Diputación Provincial, ésta, con la
colaboración de la RACAL, le rindió un especial y sentido homenaje.
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