LA INCIDENCIA EN CUENCA DE LA EPIDEMIA DE LA GRAN GRIPE DE 1918 EN LA PROGRAMACIÓN DE LA RACAL
ESTE MARTES 20 DE FEBRERO
CON UNA CONFERENCIA DEL PROFESOR
ALBERTO GONZÁLEZ GARCÍA
"El Demócrata" 1918
La epidemia de la mal llamada gripe
española que tanto afectó a todo el globo entre 1918 y 1919 tuvo también,
lógicamente, incidencia en Cuenca. Esa incidencia es la que, al hilo del
centenario de su aparición, será rememorada y analizada este martes 20 de
febrero en la programación semanal de la Real Academia Conquense de Artes y
Letras con la conferencia que dictará el profesor de la Facultad de Enfermería del
campus universitario conquense Alberto González García. Será, como de
costumbre, a partir de las ocho de la tarde en el salón de actos de la
corporación académica en la segunda planta del edificio de las antiguas
Escuelas de San Antón, junto a la iglesia de la Virgen de la Luz. También como
siempre la entrada será libre y gratuita hasta completar la capacidad del local.
La pandemia más devastora
También conocida como la gran pandemia (enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región) la epidemia de gripe de 1918 alcanzó una
inusitada gravedad, hasta el punto de haber sido considerada como la más
devastadora de toda la historia ya que en sólo un año ocasionó la muerte de
millones de personas – se han barajado cifras que irían de los veinte a los
cuarenta millones – con la singularidad de que a diferencia de otras epidemias
de gripe que afectan básicamente a niños y ancianos muchas de sus víctimas
fueron jóvenes y adultos saludables e incluso animales, perros y gatos entre
ellos.
Se ha dicho que la enfermedad se observó por primera vez en la
localidad estadounidense de Fort Riley el 4 de marzo de 1918, aunque ya en el
otoño de 1917 se habría producido una primera “oleada heraldo” en al menos catorce campamentos militares;
otros investigadores indican sin embargo que la enfermedad habría aparecido en
el Condado de Haskell en abril del 18. El caso es que en algún momento del
verano de ese mismo año, el virus sufrió una mutación o un grupo de mutaciones
que lo transformó en un agente infeccioso letal. El primer caso confirmado de
la mutación se dio el 22 de agosto en el puerto francés de Brest por el
que entraba la mitad de las tropas estadounidenses aliadas en la Primera
Guerra Mundial. Respecto al nombre que acabaría recibiendo de gripe “española”
se debió a que la pandemia recibió mayor atención de la prensa en nuestro país
que en el resto de Europa, ya que España no se vio involucrada en la guerra y
por tanto no se censuró la información sobre la enfermedad.
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