ESTE MARTES 9 DE DICIEMBRE LA CUENCA DE FINALES DEL SIGLO XIV EN LA PROGRAMACIÓN DE LA RACAL
ESTA CHARLA DEL HISTORIADOR JIMÉNEZ MONTESERÍN SUSTITUYE A LA EN PRINCIPIO PREVISTA DEL DIRECTOR DE LA ACADEMIA DE CÓRDOBA
La programación semanal
de la Real Academia Conquense de Artes y Letras sufrirá una alteración en su
programa el próximo martes día 9. La conferencia prevista iba a girar sobre el
tema “Europa en la encrucijada” y estar a cargo del catedrático de geografía y director
de la Real Academia de Córdoba Bartolomé Buenestado pero motivos personales
sobrevenidos le impiden trasladarse a Cuenca
en esa fecha por lo que, en su lugar, quien intervendrá, sustituyéndole, será el
propio director de la corporación académica conquense, el historiador Miguel
Jiménez Monteserín, que, en su caso, cambiando de marco y época histórica, hablará
de algo más alejado en el tiempo pero a la vez más cercano a nuestra propia
realidad histórico-geográfica: la sociedad y la economía de la Cuenca de
finales del siglo XIV. La cita será, como es habitual, en el salón de actos de
la sede de la corporación en la última planta del edificio de las antiguas Escuelas
de San Antón con, también como siempre, entrada libre y gratuita.
Un testimonio documental de
un momento histórico difícil
A diferencia de lo que sucede en los territorios pertenecientes a la antigua Corona de Aragón, no es muy común hallar en la documentación castellana medieval un registro de escrituras notariales anterior a mediados del siglo XV. Resulta por ello sumamente interesante aprovechar el contenido de las actas de muy diverso contenido redactadas entre 1391 y 1394 por los escribanos del cabildo de la catedral de Cuenca a demanda de un buen número de vecinos de la ciudad, así laicos como eclesiásticos, unos papeles a los que, aparte de su valor documental sobre gran cantidad de hechos cotidianos de diferente alcance y envergadura material, les añade singular importancia el que fuesen redactados
en un momento político
muy difícil: la nobleza hostigaba a la monarquía reclamando compensaciones por
el apoyo prestado a la casa de Trastámara tras la guerra civil que llevaría al
trono a Enrique II en 1369 y su hijo y sucesor, Juan I, fallecería en octubre
de 1390 dejando en el trono a Enrique III, un niño enfermizo de apenas doce
años.
A la agitación política
se añadiría la social, derivada de las insoslayables dificultades agrícolas
anuales y del desorden financiero provocado por las exigencias fiscales de la
Corona. La debilidad del sistema político generalizaría los desórdenes en ciudades
y pueblos que culminarían en una serie de agresiones antijudías en cadena. En
Cuenca el asalto a la judería tendría lugar durante el verano de 1391 y de
algunas de sus consecuencias sociales y políticas tratará precisamente la
charla que Jiménez Monteserín ha titulado “De judíos a conversos. Sociedad y
economía en Cuenca a finales del siglo XIV”.


Comentarios
Publicar un comentario