EL ACADÉMICO PEDRO MIGUEL IBÁÑEZ PRESENTÓ EN LA FERIA DEL LIBRO CONQUENSE UNA NUEVA ENTREGA DE SU MONUMENTAL TRABAJO SOBRE LA CUENCA BARROCA

 

El salón de actos de la Diputación Provincial conquense prestó marco, dentro de la programación de la recientemente finalizada Feria del Libro de Cuenca, a la presentación de la tercera y por ahora última entrega de la serie Cuenca ciudad barroca del profesor, investigador y académico de la RACAL Pedro Miguel Ibáñez. Se trata de Las vertientes y el llano, de los Descalzos a San Antón el tercer volumen de esta serie, un volumen coeditado por la Universidad de Castilla La Mancha y el Consorcio de la Ciudad de Cuenca. Se trata de un título que, prosiguiendo la tarea de los dos anteriores, continúa analizando y difundiendo el conjunto arquitectónico global, tanto religioso como civil, de los siglos XVII y XVIII de la ciudad de Cuenca partiendo de la información consolidada del pasado y las aportaciones presentes fruto del trabajo de investigación e interpretación de su autor, convirtiéndose en un marco de referencia al que sin duda habrán de remitirse cualesquiera futuros estudios sobre el tema. En su deseo de valorar individualmente las arquitecturas estudiadas y, a la par, los recorridos por el centro histórico conquense, el trabajo del profesor Ibáñez ha optado por singularizar la ubicación de los edificios en grandes sectores urbanos; tras los dos primeros volúmenes –La Plaza Mayor y su entorno arquitectónico y La cumbre urbana, de las Carmelitas Descalzas a la casa del Corregidor– la nueva entrega analiza en sus once capítulos el antiguo convento de Franciscanos Descalzos de San Pedro de Alcántara, advocación de San Lorenzo Mártir, la ermita de la Virgen de las Angustias, que comparte algunos dilemas históricos con el vecino convento franciscano, la iglesia de San Miguel, uno de los referentes básicos en el escenario de la hoz del río Júcar, el convento dominico de San Pablo, verdadero muestrario evolutivo de calidad desde el estilo gótico al barroco, la iglesia de Santa Cruz, y el Oratorio de San Felipe Neri, entre los edificios más notables de un patrimonio barroco que comprende asimismo la iglesia superior, el oratorio bajo o iglesia de la Divina Pastora y las estancias conventuales, la iglesia de El Salvador, el Pósito de la puerta del Postigo, muestra notable de la arquitectura civil conquense, el monasterio de la Inmaculada Concepción de la Puerta de Valencia, la iglesia y el hospital de Santiago, el hito arquitectónico más importante desde el punto de vista paisajístico del sector extramuros, y la iglesia de la Virgen de la Luz y San Antón, verdadera joya del patrimonio edificado de la ciudad.


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