CONTINUADA ACTIVIDAD PERSONAL DE LOS INTEGRANTES DE LA RACAL
PEDRO MIGUEL IBÁÑEZ Y JOSÉ
LUIS MUÑOZ RAMÍREZ PUBLICAN NUEVOS LIBROS Y JOSÉ MARÍA ALBAREDA RETRATA AL OBISPO
DE LA DIÓCESIS CONQUENSE
Además de las tareas más directamente propias de su condición
de académicos, los integrantes de la RACAL continúan dando muestra de su trabajo
personal en sus distintas áreas de actividad. Buena prueba de ello son la aparición
de dos nuevos títulos editoriales firmados respectivamente por Pedro Miguel
Ibáñez y José Luis Muñoz y el retrato realizado por José María Albareda del prelado
de la diócesis conquense José María Yanguas.
“Cuenca ciudad barroca I: la Plaza Mayor y su entorno arquitectónico”, publicado en comandita
por Ediciones de la Universidad de Castilla La
Mancha y el Consorcio Ciudad de Cuenca, es una nueva aportación del profesor
Ibáñez al conocimiento del patrimonio artístico-urbanístico del Barroco en
Cuenca capital, sin duda merecedor de un atención de la que en general no había
gozado cual habría debido. Tras trabajos tan espléndidos como el ya publicado
sobre la Iglesia de San Antón y la Virgen de la Luz, en este nuevo volumen su
autor se centra, cual su título indica, en la plaza Mayor y su entorno
arquitectónico, un escenario de compleja evolución que conoció su momento
culminante en lo monumental a lo largo del siglo XVIII, un momento en el que
era sin duda el conjunto barroco de la ciudad, un conjunto al que otorgaban
especial significado con sus fachadas –y en buena medida se lo siguen dando– la
Catedral, las Casas Consistoriales y el convento de San Pedro de las
Justinianas, aunque la imagen más potente la ofrecía sin duda el antiguo
hastial catedralicio y la entonces en pie vecina torre de campanas o Giraldo, elemento
decisivo para la unidad dieciochesca de la explanada de la plaza cerrada por el
sur por las nuevas Casas Consistoriales, en un efecto teatral genuinamente
barroco al que se sumaba la fachada del convento de las Petras entonces más
barroquizante, por la pintura, de lo que ahora muestra. La publicación
es el primer paso de un ambicioso proyecto para analizar y difundir el conjunto
arquitectónico global de Cuenca, tanto religioso como civil, en los siglos
XVII y XVIII.
Por su
parte, en “Cuenca años 30, vista por Alberty y Passeporte” José Luis Muñoz Ramírez,
siguiendo asimismo con su incansable dedicación a los temas conquenses, recopila
algo más de un centenar de imágenes de la capital, la Ciudad Encantada y varios
enclaves de la provincia –como Uña, Tarancón o San Clemente– tomadas por la
firma Loty creada por Charles Alberty, francés
de origen pero afincado en Madrid desde mediados de los años veinte, y que
entre 1925 y 1930, realizó miles de fotografías por todo el territorio español,
con un interés especial en edificios artísticos y paisajes naturales. Dentro de
ese proyecto para el que contó con la colaboración de un agente comercial
transformado en fotógrafo, el portugués Antonio Passeporte, llegaron hasta
tierras conquenses donde realizaron casi centenar y medio de placas que Muñoz
localizó en manos de un coleccionista privado. El libro –que se abre con una
detallada introducción a cargo del propio Muñoz– las recupera para su disfrute
público a partir de las propias placas originales conformando una atractiva visión
de cómo era la provincia, y en especial la capital, hace un siglo.
A su vez el también académico José María Albareda,
que no hace tanto –en otoño del año pasado– tuvo espléndida muestra en la sala de
exposiciones del Centro Cultural Aguirre, hizo
entrega al obispo de Cuenca José María Yanguas del retrato al óleo que le ha
realizado y que figurará en la galería de cuadros de los distintos prelados de
la diócesis conquense, en acto público celebrado en la Sala Capitular de la Catedral
al que, además del propio obispo y miembros del Cabildo, asistió numeroso
público.
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