NO DE LA RACAL AL AZULEJO COLOCADO EN LA FACHADA DEL CONVENTO DE LAS FRANCISCANAS DE LA PUERTA DE VALENCIA
La Real Academia Conquense de
Artes y Letras se ha dirigido a los responsables del Ayuntamiento de Cuenca y a
la Comisión Provincial del Patrimonio Histórico de Cuenca expresando su
disconformidad con la reciente colocación de una placa de cerámica junto a la
portada de la fachada principal del convento de las Franciscanas de la Puerta
de Valencia por considerar que le hace flaco favor a la belleza arquitectónica
y calidad artística de este edificio histórico, erigido en la primera mitad del
siglo XVI. El escrito de la RACAL, tras mencionar la obligación que sus
estatutos le señalan de proteger los valores artísticos e históricos de la
ciudad y la provincia conquenses, afirma textualmente:
“En los últimos años se viene
observando en bastantes fachadas de edificios del casco histórico de la ciudad
una curiosa proliferación de imágenes religiosas pintadas sobre azulejos
cerámicos vinculadas, en apariencia, con las celebraciones de la Semana Santa.
No termina de entenderse ni su sentido ni tampoco su oportunidad, pero lo que
más choca – y nos preocupa – es la escasa calidad artística de la mayoría de
ellas que, por lo general, contrastan vivamente por su vulgaridad con la
austeridad de las fachadas de los edificios en las que se colocan; pero lo que
por fin ha sorprendido con enorme desagrado a los integrantes de esta Real
Academia ha sido la última en el tiempo de estas actuaciones, a la que
seguidamente pasamos a referirnos.
La portada de la iglesia del convento de las religiosas Concepcionistas
Franciscanas de la Puerta de Valencia, realizada durante la primera mitad del
siglo XVI, destaca por su sobria nobleza y la exquisita calidad artística de su
traza en un edificio de severas fachadas donde se muestran, graves, las armas
de las familias conquenses Pérez de Teruel y y Montemayor, ligadas ambas a la
fundación de esta casa en 1504. Con harta extrañeza hemos observado la reciente
colocación en su fachada principal, no demasiado alejada de la pilastra
izquierda de esta portada, de una abigarrada placa de cerámica de dudoso gusto
en flagrante contraste con la bella elegancia de este ingreso. Sin entrar a
valorar en absoluto ni la iconografía representada ni tampoco el evento que se
pretende conmemorar con tal placa – enmarcada por otra parte con notoria
fealdad – queremos manifestar nuestro desacuerdo con esta inoportuna
intervención. Ignoramos si su colocación se ha llevado a cabo con la
autorización de quienes han de velar por seguir preservando cuanto queda de
nuestro patrimonio arquitectónico con carácter histórico-artístico, pero, en
cualquier caso, rechazamos que esta moda discutible siga afectando a las
edificaciones de la parte antigua de Cuenca, y más aún que perjudique la
apariencia e identidad de nuestros monumentos mayores.”
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